viernes, 15 de mayo de 2015

La muerte de un jugador en el estadio paraliza el fútbol en Argentina

Emanuel Ortega, defensa de 21 años del San Martín, de la localidad bonarense de Burzaco, intentaba dominar el balón por la banda. Un atacante rival, Alexis Valenzuela, del Juventud Unida, otro club de la periferia de Buenos Aires que compite en la Primera C (cuarta división de Argentina), corría para llegar primero. Ortega alcanzó a tocar la pelota y enviarla afuera, pero aquel esfuerzo le costó la vida. Apenas la desvió, Valenzuela lo llevó por delante. El futbolista del San Martín se fue contra la pared de su estadio, a solo un metro de distancia de la línea del campo. Ortega sufrió una doble fractura de cráneo. Era el pasado día 4 y este jueves acabó muriendo.
 El presidente de la AFA también reflexionó del asunto de la infraestructura de los campos. “No es el momento de organizar reuniones, pero hay que sacar conclusiones de todo hecho fatal, para evitar estas cosas o minimizar las posibilidades siempre que sea posible”, opinó Segura.
En las redes sociales, mientras tanto, se propagó un mensaje que Ortega había escrito en 2012 en Facebook. Allí contaba que daría la vida por el fútbol. “Capaz (quizás) no llegue a jugar profesionalmente al fútbol”, contaba este jugador de cuarta división, en la que los jugadores cobran un salario básico de 700 euros mensuales. “O capaz sí, pero amateurmente. Cuando voy a cada pelota, voy a morir. Cuando mis piernas dicen ‘basta’, mi corazón dice: ‘Seguí’. A diferencia de los profesionales, cuando se me rompen los 'botines', no los cambio, paso noches arreglándolos, pegándolos, para poder seguir jugando, porque es lo que amo. El fútbol es mi vida, no solo un pasatiempo, es el que me hace olvidar todo y por el que daría mi vida. El día en que no pueda jugar más ahí termina mi vida”.

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