viernes, 15 de mayo de 2015

Con el hombro vendado, Contador parte

Rodeado de tremenda expectación, según puede colegirse de los tuits de decenas de periodistas allí presentes, y vestido de rosa Alberto Contador se ha presentado a las nueve de la mañana en Grosseto a la salida de la séptima etapa del Giro de Italia, que comenzó a las 10.25. El patrón de la carrera, que el jueves sufrió una espectacular caída en el sprint de la sexta etapa, no ha hecho declaraciones, pero ha tuiteado: “En una hora estaré en la salida de la etapa. Me han protegido el hombro y espero que no se salga de nuevo. Será un día duro de 264 kilómetros”.
Serán casi siete horas sobre la bicicleta (o más: el viento sopla del sur fuerte, de cara al descenso del pelotón desde Toscana hasta Fiuggi, a la altura de Roma), que en las condiciones en las que se encuentra el ciclista español tras la caída pueden ser una tortura. La ecografía y la radiografía que le practicaron a la llegada de la etapa descartaron una fractura en la clavícula izquierda, la parte más dolorida del cuerpo del corredor, quien, como se observa en multitud de grabaciones que circulan de la caída, se levantó tranquilamente y agarró la bici con las dos manos para montarse y terminar la etapa aparentemente sin más dolor que el moral por haberse caído. “Sufre una dislocación leve con dolor leve”, se leía en el parte médico, pero Contador, con su propia voz, concretó que el problema fue que se salió el hombro un par de veces.

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